Los días son extraños,
a veces la ausencia me hace daño.
Me enseñaste a cerrar los ojos,
a llamar tu recuerdo,
y saber que siempre estará
ahí, siempre para mi.
Pero no siempre basta,
no calma mi alma,
y debo gritar que te extraño...
Haré una rabieta,
volveré a ser caprichosa,
no me importa llorar,
solo quiero que sepas
que no es posible no extrañar.
Me cuestionas,
cómo extrañas algo que es tuyo...
y cómo no hacerlo si es mío...
No hay comentarios:
Publicar un comentario